Educación Superior y Proyecto de Nación

El artículo desarrolla de manera iniciante los futuros desafios de la educación superior con un proyecto de pais desarrollado e inclusivo
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Nodos a investigar en la Educación Superior

**'Por Lic. Marcelo E Albornoz**'

La región en general y nuestro país en particular ingresaran en un saludable debate sobre la educación superior y sus futuras incumbencias dado el nuevo escenario político y económico que esta transitando el MERCOSUR. Por lo tanto, la misma será objeto de análisis y cuestionamientos que procurarán adaptar y/o modificar la norma a las nuevas realidades y necesidades de cada país.

En este sentido, pretendemos que el universo docente no asista pasivamente a los futuros debates por la educación superior, por el contrario, ambicionamos que ellos/nosotros asumamos un rol protagónico en la defensa de la educación como instrumento de progreso social, desarrollo y promoción humana.

Ya todos sabemos las nefastas consecuencias producidas tanto por los golpes de Estado como por el Neoliberalismo en la región. Y a pesar del loable esfuerzo realizado por los distintos gobiernos democráticos y populares para revertirlas, aún hoy persisten en muchos campos del quehacer cotidiano y educativo sus terribles secuelas que ameritan sin duda su modificación.

A pesar de lo realizado, la estructura matricial neoconservadora en el campo educativo, cultural y científico, todavía nos debe una nueva “batalla” y ésta la daremos ahora en su nivel educativo superior universitario.

Cuando hablamos de batalla , nos referimos a una batalla dialéctica, que termine de vencer al “colonialismo pedagógico”, instrumento contemporáneo de las potencias que ya no utilizan solo las armas convencionales para imponer y promover sus intereses, sino que apelan a sutiles intervenciones académicas, tecnológicas y comunicacionales para abonar sus ideas a través de la superestructura cultural que exacerba lo foráneo en detrimento de los intereses latinoamericanos a través de un inescrupuloso etnocentrismo que hay que desterrar.

La sociedad del siglo XXI, ya no aceptará dualidades educativas, segmentar los diseños curriculares según los sectores sociales, no resiste el más elemental de los razonamientos, este discurso es impensable e incompatible con un Estado Democrático. Por ello, no más Educación teorética y contemplativa solo para las elites vs. Educación técnica operativa para las masas, una verdadera comunidad democrática debe promover las acciones sociales para brindar las mismas oportunidades formativas y educativas a todos sus ciudadanos, pero con un criterio rector innegociable como debe ser el de justicia social y equidad.

Algunos preceptos educativos

En este aspecto, quisiéramos caracterizar, aunque sea de manera somera, a las políticas universitarias que en general tuvieron una fuerte impronta tecnocrática, estimulada por los organismos externos que debemos revertir. Por ejemplo, una de las variables que se exacerbó fue el de la tan mentada calidad educativa. Recordemos que el concepto de calidad proviene del ámbito económico .Ahora bien ¿es fácilmente traspolable los principios de administración económica a los principios de administración educativa? Nuestra respuesta a este interrogante es enfáticamente negativa.

Alcanzar la calidad educativa implica un compromiso y participación de los diferentes sectores y actores sociales con ello. Sobre el particular existe mucha y diversa bibliografía que procura definir a la misma, en esta oportunidad hemos seleccionando para tal fin los considerándos prescriptos en la obra de Ferrer Tiana , quien sostiene las dificultades para abordar con cierta precisión el concepto de calidad educativa debido a su complejo tratamiento, es por ello que le otorga a la misma un carácter de polisemia y complejidad, ya que calidad significa cosas diferentes para distintos observadores y grupos de interés, resultando generalmente controvertidas las definiciones acerca de la misma. El fenómeno educativo cultural es absolutamente disímil del ponderable producto empresarial.

La sola enunciación de lo anterior es más que suficiente para comprender su complejo abordaje y refutar los preceptos que ligeramente pretenden asimilar lo educativo a lo económico o “medirlo” a traves de instrumentos monovariables . . Por todo lo descripto precedentemente se debe ser prudente al utilizar el término calidad educativa y rebatir la concepción tecnocrática que influyó en las políticas sobre el tema, sobre todo a partir de los noventa. Sin ánimo de explayarnos sobre ella, ya existe en MAYEUTICA, nuestro sitio, un abordaje más amplio sobre el particular por lo que los remitimos a él.

A propósito, el especialista Juan Carlos Tedesco, ya reconoce este problema cuando habla de masividad y calidad educativa y obviamente su posición es contraria al concepto tecnocratico y ante la diyuntiva limitacionista restrictiva del acceso popular y la calidad educativa que plantean los conservadores, él (Tedesco) se expresa por la distribución democrática y equitativa del conocimiento y sostiene que aquellos criterios de selección, no son neutrales frente a variables como el origen social. En definitiva, todos sabemos que cada vez es menor la presencia, permanencia y egreso de los sectores populares en el universo universitario y esto nos debe movilizar.

Para concluir, los futuros debates en torno al problema no deben soslayar entre otros los tópicos referidos a:

La actual calidad y nivel de formación de los graduados; la identificación y el acuerdo sobre los perfiles de los futuros egresados; el resguardo innegociable de la idoneidad y responsabilidad social de los futuros profesionales; la resolución a los problemas de acceso, permanencia y baja tasa de culminación por cohorte; la preocupante articulación intra e inter universidades en las ofertas académicas ;El financiamiento, en donde la principal responsabilidad le compete al Estado en concomitancia con los ingresos generados autónomamente por investigación y asistencia técnica a organismos públicos que puedan obtener las universidades por ello .

Otros aspectos, lo constituyen ,la participación democrática y proporcional de los distintos claustros representativos de docentes, alumnos, graduados y no docentes ;La autonomía de gestión y la libertad de cátedra ;El contralor del Estado a través de los organismos pertinentes y tantos otros que seguramente se generarán en la medida de la mayor participación y compromiso .

Recordamos que éstos son solo algunos de los nudos a trabajar para adecuar la norma a las nuevas realidades y como sosteníamos al principio, los docentes debemos ser protagonistas de este promisorio proceso, no olvidando que un proyecto de nación desarrollada e integrada requiere de un sistema educativo que la promueva.

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