Por Raquel Castonovo Lic. T.S. (UNLa) en: Foro Federal de investigadores y docentes, Ministerio de Desarrollo Social, 2005
Las profesiones muestran a lo largo de su evolución un cierto grado de maleabilidad que conviven con aquellos rasgos que hacen a su naturaleza original en la división sociotécnica del trabajo. O dicho de otra manera, se corresponden con las necesidades sociales a las que dieron respuestas en su configuración inicial.
Estas cuestiones, muy estudiadas por la sociología de las profesiones, ofrecen algunos ejes que son necesario revisar. Reviendo las identidades profesionales y adecuar tanto criterios de evaluación como lineamientos para la reformulación de los proyectos curriculares en las universidades.
Por otro lado en los últimos años hemos visto la profundización de los problemas sociales. Y al mismo tiempo se han visto incrementadas las propuestas de actualización profesional en casi todas las casas de altos estudios.
Esto evidencia la mayor permeabilidad de las universidades con las dinámicas sociales. Asimismo, las universidades con claustros cerrados es cada vez menos compartida y más cuestionada. Cada día son más los proyectos curriculares que buscan alinearse con las necesidades de la sociedad.
En otro aspecto, la emergencia de la economía social como núcleo de interés en el campo del conocimiento, así como en la práctica profesional han constituido un caso paradigmàtico. En poco tiempo las universidades acompañaron este fenómeno. No había sucedido lo mismo, salvo en carreras de gran especialización, con los antecedentes del cooperativismo del siglo XX que nunca tuvieron presencia significativa como objeto de estudio en las carreras del campo de la intervención social. Mas allá de las causas que pudieron provocar esta diferencia, de lo que sí hay una certeza incontestable, es que los profesionales sociales, saben poco de este nuevo fenómeno, nos referimos a la desaparición del empleo bueno, el surgimiento de emprendimientos productivos y los autoempleos de diverso cuño.
Ante esto, los antiguos y nuevos profesionales, aprenden improvisando, con cierta creatividad, o autogestionandose con cursos fuera del circuito del sistema universitario, o equivocándose estrepitosamente lo que es peor porque frustran las expectativas de la gente , que ya viene suficientemente golpeada.
Ante ello se presentan dos vertientes de análisis para el desarrollo de estos trabajos, por un lado, la que trate de establecer como estudiar el tema, interrogando acerca de las relaciones entre economía social, política social y reforma-contrareforma del Estado.
Por el otro lado, la que trate de dejar propuestas algunas líneas de evaluación y reformulación de proyectos de formación profesional en el campo de la economía social.
Sobre estos temas habría que saldar la deuda de los intelectuales con la comunidad y formular interrogantes de análisis como: ¿ La economía social,que es para los desocupados de nuestro país? : a) un fracaso, b)una distracción para mantener el control social ,c) una oportunidad de inserción social , d) una alternativa para el desarrollo laboral viable .
Estos interrogantes nos urgen porque cuando le exigimos a la gente ser su propio patrón, o cuando les requerimos erigirse en emprendedores, y lo hacemos sin brindar una preparación adecuada, o cuando asumen un microcrédito y se endeudan y fracasan, la dimensión del mismo es mucho más importante que lo ponderable desde lo cuantitativo.
Por otro lado, si estamos en presencia del fin del trabajo, como sostienen algunos, deberíamos iniciar los debates sobre el salario ciudadano y todo lo que ello implica. Para algunos es un derecho humano, pero para otros es causante de efectos indeseables como lo es desalentar la cultura del trabajo.
Lo precedente torna inexcusable la articulación entre la economía de mercado y la economía social y para ello el papel del Estado es indelegable , por un lado protegiendo a los más vulnerables y por otro, generando proyectos impositivos, jurídicos y financieros que faciliten el desarrollo de estos proyectos.
El principal desafió pasa por tornar viable, sustentable y rentable a las propuestas para enfrentar estos problemas. Ante esto, los proyectos de formación profesional deberán contemplar como parte del perfil de graduados a lo siguiente:
Ø Investigar para identificar el perfil productivo de la región y detectar nichos dentro de las cadenas de valor. Ø Diseñar proyectos productivos y de factibilidad. Ø Asesorar en microcréditos. Ø Trabajar interdisciplinariamente. Ø Capacitar y asistir en el campo de la asociatividad Ø Conocer aspectos jurídicos, tributarios y organizacionales de los formatos de empresas sociales. Ø Aspectos legales del fenómeno de recuperación de empresas
Sin la debida inclusión de estas temáticas , la capacitaciòn de profesionales y formadores de formadores se tornarà esteril y causante de agravamientos sobre el problema.