Autoridad Pedagógica

Para nosotros, tanto la organización laboral como la capacitación constituyen dos aspectos prioritarios para recuperar la autoridad pedagógica.
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Recuperando la autoridad pedagógica


*Por Marcelo Albornoz***

Para nosotros, tanto la organización laboral como la capacitación constituyen dos aspectos prioritarios para recuperar la autoridad pedagógica.

 

Como ya lo mencionamos, distintas investigaciones demuestran que sigue siendo el factor  humano, o sea el docente el principal artífice del mandato educativo. Por lo tanto, su jerarquización y capacitación pasan a ser estratégicas. Ante esto se hace insoslayable  redefinir una nueva forma de organización del trabajo docente y en este sentido, el trabajo por cargo en lugar de por horas cátedras sería sin duda un avance significativo. Jornada y/o cargo que contemple las horas intra y  extraclase, con tiempo para la tutoría, la investigación y  la actualización. Asimismo,  existen coincidencias sobre la importancia de la concentración horaria del personal docente a los efectos de lograr un  mayor compromiso institucional. Concentración horaria y compromiso institucional  son dos cuestiones inseparables  que no podrán ser soslayadas en las futuras reformas.

En la misma dirección se encuentra la capacitación docente, consideramos que ella debe ser de nivel superior terciario con ofertas de postítulos  y/o articulaciones universitarias. Por otro lado, toda política de capacitación debe recoger la experiencia del colectivo docente como un actor protagónico de la formación/capacitación, lejos de la  visión cosificada y deficitaria que caracterizó a la cuestión en  la  pasada década de los  noventa, en ella, se afrontó la misma desde  un currículo de capacitación impuesto y autoritario. Por el contrario, la nueva política al respecto debe promover sobre el colectivo docente una capacitación comunitaria   y reflexiva  sobre su propia praxis.

Por otro lado ,también se erige en imperativo una  mirada amplia y reflexiva  sobre la formación docente .Esto significa que cualquier programa o acción  de capacitación y perfeccionamiento  del sector  deberá abordarse no solo desde las dimensión epistemológica y científica que generalmente tiende a reforzar la adquisición y transmisión de conocimientos, sino  que además,  se deberá contemplar la formación , capacitación y actualización en temas referidos a :Política Educativa,  Currículo, Pedagogía, Didáctica, Filosofía, Ética, Antropología y  Culturas juveniles. De esta manera, el alumno y sus problemáticas volverían a ser el centro y el  objeto de todas las  acciones educativas, recordemos que la docencia tiene dos grandes aspectos que deben mantener su equilibrio. Uno es el dominio de la propia disciplina científica y el otro es la  pedagogía, y en la medida  que no exista un  adecuado equilibrio entre ambos campos, indefectiblemente, la autoridad pedagógica se resentirá.    

Por último, también es valorado el  "factor humano" docente, como uno de los mas incidentes en la consecución de objetivos educativos de calidad en detrimento de otros, también importantes, pero en menor medida como lo son la infraestructura y  el equipamiento. Asimismo y como lo sostienen diferentes estudios,  la educación del profesorado puede ser al mismo tiempo el peor problema o la mejor solución  según el grado de prioridad que se le  asigne. En definitiva, lo relevante  en toda política educativa  debe ser privilegiar al docente como actor principal y contribuir a la rejerarquización social y académica del mismo, ya que solo a partir  de ello   los demás obstáculos se allanarán con más facilidad.